Turismo y empleo: un futuro mejor para todos

Por Cristian R. MolinaQuinteros

Hoy es el Día Internacional del Turismo y para celebrarlo debemos analizar un poco la coyuntura mundial de este importante objeto de estudio.

En el 2018 el turismo cerro con unas cifras muy favorables, esta actividad económica creció al 6% en promedio mundial en relación al 2017. Según las Naciones Unidas, los desplazamientos internacionales de turistas a nivel mundial han pasado de 25 millones en 1950 a 13 mil millones en la actualidad, y en valores económicos, en ese mismo periodo, los ingresos provenientes del turismo en los países destinos aumentó de 2 mil millones de dólares a 1.260 billones; es decir, este sector de la economía sigue siendo uno de los más importantes y de mayor crecimiento en el mundo.

Desde 1980 se celebra el Día Internacional del Turismo cada 27 de septiembre, esta conmemoración se da con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia del turismo en aspectos culturales, sociales, políticos y económicos. Esta fecha que ha sido creada por la Organización Mundial de Turismo (OMT), institución que define una locución promotora la cual conduce el desarrollo turístico tanto de los entes gubernamentales como de las empresas privadas en todo el mundo. Son ya 39 años que se festeja el Día Internacional del Turismo desde su creación y que a razón de este artículo se realizará una introducción solo de los últimos cuatro años. En el 2015 se promovió: «TURISMO. Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades», generando un imaginario social de que por cada turista existente en el mundo, hay una oportunidad de desarrollo personal. En el 2016 fue: «Turismo para todos: promover la accesibilidad universal» enfocado básicamente en las personas con capacidades especiales, así como en los adultos mayores y en un turismo para mujeres, lógicamente siempre pensando en romper esas estructuras construidas únicamente para el ocio y la recreación de hombres adultos; generando una tendencia denominada como TURISMO ACCESIBLE, un concepto que actualmente ha servido de base para trabajos de investigación tanto de pregrado como de postgrado en la región. En el 2017: «El turismo sostenible, una herramienta para el desarrollo», considerando la importancia que tiene este sector de la economía en el desarrollo tanto social, como económico y ambiental de un territorio, al ser una actividad que no deja huella de impacto ambiental si se lo aprovecha responsablemente. En el 2018 se promovió: «El turismo y la transformación digital», destacando la transdisciplinariedad y horizontalidad de esta área de estudio con otras disciplinas académicas. Ejemplo de ello es la diversidad de aplicaciones móviles para comprar servicios de alojamiento, rentar autos, obtener boletos de avión, adquirir alimentos o bebidas, y para levantar y procesar datos en Big Data con la finalidad de percibir las nuevas necesidades y el comportamiento del mercado turístico contemporáneo. Para este año la OMT a diseñado el lema «Turismo y empleo: un futuro mejor para todos», entendiendo a mi parecer, la preocupación de la entidad mundial por la empleabilidad de las personas que forman parte de esta dinámica económica; y es que la ausencia de empleo en el mundo no esta dada por la profesionalización de las personas, sino por la sustitución del ser humano por la maquina, generando una crisis de empleo. El periodista ya conocido Andrés Oppenheimer, escribe en su libro ¡Sálvese Quien Pueda!, cifras alarmantes sobre el empleo, pronosticando que el 47% de los empleos podrían desaparecer en los próximos años por la automatización, esto según un estudio de los investigadores Carl Frey y Michael Osborne de la Universidad de Oxford, quienes comentan que los recepcionistas de hoteles, chefs, guías de turismo, agentes de viajes, abogados, conductores e incluso médicos, corren el riesgo de ser remplazados por robots con inteligencia artificial, generando un problema global de empleabilidad, a eso también se suma la ineficiencia de los gobiernos para generar empleo y promover la inserción laboral de los jóvenes profesionales. Todas estas dinámicas han existido desde la revolución industrial, los seres humanos han ido emigrando a distintos oficios a partir de que la generación de nueva tecnología, únicamente que en la actualidad lo hacen disruptivamente.

Sin embargo, –como les digo a mis estudiantes–, hay una característica en la que los robots jamás podrán remplazarnos, y es en la calidez humana; cada vez son más los turistas que requieren un trato mucho más personalizado, una atención directa, un servicio exclusivo, una experiencia propia, sino tan solo basta con mirar a nuestros destinos turísticos como Baños de Agua Santa, en donde hace tan solo 10 años atrás encontrábamos unos tres o cinco spas y actualmente hay una amplia variedad de este tipo de servicio; esto promovido por el interés que tienen los seres humanos en la industria del bienestar.

Según proyecciones del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), la industria del turismo crecerá aún más en los próximos 20 años, esto porque la gente tendrá más tiempo libre para viajar y el envejecimiento de la población hará que haya más jubilados dispuestos a conocer otras realidades culturales, así como también por el crecimiento de la clase media en China y otros países asiáticos, y finalmente porque los millennials tienen otra perspectiva de la vida que las generaciones que los antecedieron. Esta generación está más interesada en viajar que en comprar un auto o una casa.

Entonces, el turismo si es una fuente generadora de empleo que promueve un mejor futuro para todos, es por ello que a esta actividad le apuestan arquitectos, médicos, abogados, ingenieros y un sin fin de profesionales de las distintas áreas, evidentemente, esos profesionales son conscientes de que la actividad turística como generadora de riqueza es loable, noble con el planeta tierra, enriquecedora en temas educativos a través del intercambio de formas culturales, siempre y cuando se puedan adaptar a la tecnología disruptiva.