Por Cristian R. Molina Quinteros
El día sábado 4 de septiembre de 2021 en la ciudad de Quito se desarrolló la boda Borrero-Tookes, quienes escogieron a la iglesia de San Francisco -la primera en ser construida en suelo quiteño- para celebrar su boda. Esta pareja de novios decidió invitar a personalidades de la industria del modelaje internacional, quienes se hospedaron en el Hotel Casa Gangotena, punto inicial desde donde salieron para dirigirse a la iglesia y luego de ello a la recepción organizada por los anfitriones.
Hasta aquí todo parecería ser una boda “normal” de una pareja con alto poder adquisitivo e incluso de una con medianos ingresos. El tema se desata cuando por el mal uso del lenguaje, la prepotencia, la falta de empatía, la desconexión con la realidad nacional, la ineficiencia y la ausencia de planificación turística se generan enfrentamientos sociales estériles entre ofensores y ofendidos, entre “buenos y malos”, entre pobres y ricos, simplemente entre hermanas y hermanos ecuatorianos abocados en dos corrientes de opinión pública construidas desde la política maquiavélica para clasificar a la sociedad en dos polos, el de los “buenos” y el de los “malos”.
Para llegar a una conclusión proporcionada e imparcial, lejos del fanatismo, el dogma y la irracionalidad, pongo tres elementos en el tablero del debate para intercambiar opiniones y unificar criterios con el fin de aportar a la construcción de una mejor sociedad y por ende al desarrollo de nuestros pueblos. Los elementos los enlisto a continuación:
Elemento 1.-
La solicitud enviada por la
empresa organizadora tiene dos errores que son: 1) ortográfico, y 2) de redacción
y estilo. El primero en virtud a que el documento enviado por la empresa
organizadora tiene varios errores ortográficos, de puntuación y tipeo, es decir
que, no es importante para la empresa la calidad de sus escritos, esto ya que nadie
revisó la ortografía, la puntuación y el tipeo de la solicitud dirigida a la
Secretaría de Seguridad del Distrito Metropolitano de Quito, generando inicialmente
una desfavorable imagen del profesionalismo de la empresa por el mal uso del
lenguaje escrito; el segundo, esta dado por el grotesco estilo de la redacción de
la solicitud, en donde claramente se ve la falta de empatía, la solidaridad, la
prepotencia, y la desconexión con la realidad nacional. Hay líneas discursivas y
estilos comunicacionales para solicitar acciones diplomáticamente e incluso alternativas
inclusivas para llegar al mismo objetivo; una opinión que leí en Twitter y me
pareció pertinente, “es que los organizadores del evento podrían haberles invitado
a comer a las personas en condiciones de vulnerabilidad” o hacerles participes
de actividades recreativas en lugares aledaños, gestionar con alguna fundación ayudas
sociales y no solo eventuales sino permanentes, si una pareja tiene dinero para
un evento de esas dimensiones, fácilmente podrían cubrir un programa de
responsabilidad social para las personas vulnerables ubicadas en los sectores
en donde vayan a ser utilizados, aclarando lógicamente que el objetivo siempre será
erradicar la pobreza de raíz, tarea que por cierto estamos obligados a impulsar
todas y todos; en fin, el primer elemento detonante para este debate es la solicitud
enviada por la empresa organizadora, misma que pudo haber sido menos desatinada
y menos ofensiva.
Elemento 2. -
El jefe de la Secretaría de
Seguridad del Distrito Metropolitano de Quito, quien convoca a una “Mesa de Trabajo
Presencial (…) para tratar las acciones de control que se llevarán a cabo en el
Centro Histórico de Quito, en el marco del evento relacionado a la Vicepresidencia
de la República del Ecuador”, pues aquí se comete un error de gestión, esto ya
que la boda Borrero-Tookes no debió ser tratado como un asunto público sino
como algo particular. Este segundo elemento desencadena la indignación de los internautas
e incluso la de la Secretaria General de Comunicación de la Presidencia, pues ésta
emitió un comunicado oficial el mismo día del evento, en donde comparte “la indignación
que se ha suscitado en la opinión pública” y, es entendible, pues bajo ningún
argumento es justificable que un evento privado sea gestionado como algo público.
Entonces aquí esta el segundo elemento para el análisis y posteriores
conclusiones.
Elemento 3. -
La ausencia de planificación turística
para este tipo de eventos. En reiteradas ocasiones hemos escuchado que el
Ecuador debe apostarle al turismo y a sus diversas especialidades, entre ellas
el turismo de romance o turismo de bodas, así como también el turismo MICE; pues
bien, para promover este tipo de turismo hay que trabajar en tres factores que son:
1) la percepción de seguridad, 2) la percepción del riesgo, y 3) la percepción de
bienestar; para ello la entidad rectora del turismo en el territorio a desarrollarse
el evento debe contar con un modelo de planificación turística, este modelo le permitirá
al destino disponer tanto de talento humano –policía turística– como de espacios
públicos –atractivos turísticos–, que para este caso son las iglesias, los conventos,
las recoletas y los monasterios, es algo similar a lo que ocurre con un escenario
deportivo cuando hay un partido de fútbol de primera categoría o un concierto
de grandes expectativas, ahí se movilizan a agentes de seguridad ciudadana, se
gestiona la utilización de espacios públicos, se cierran vías, de redistribuye
el tráfico…, es decir, se realizan actividades que solo están destinadas para
esa acción. En fin, solo una buena panificación turística territorial permitirá
alcanzar el objetivo de que nuestro país sea considerado como un destino de
bodas y, que por cierto este es el último elemento de discusión para el debate.
0 comentarios:
Publicar un comentario